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El pan y la dieta mediterránea: un dúo para la prevención de enfermedades crónicas

Dr. Angel Gil

“Las autoridades deben hacer más hincapié en fomentar el consumo de distintos panes, especialmente panes de trigo integral, para promover dietas más sanas y variadas y, por lo tanto, para establecer estilos de vida saludables”

 

Los cereales integrales son ricos en nutrientes y muchos compuestos fitoquímicos, con beneficios reconocidos para la salud, incluyendo fibra dietética, una serie de compuestos fenólicos, lignanos, vitaminas y  minerales y otros componentes bioactivos. Los alimentos a base de cereales integrales, incluido  el pan, juegan un papel importante en la salud y el bienestar.Así, las investigaciones indican de forma consistente que el consumo habitual  de cereales integrales reduce el riesgo de enfermedades cardio-vasculares (ECV), diabetes mellitus del tipo 2 (DM2) y ciertos tipos de cáncer, así como varias patologías gastrointestinales. La inclusión de diferentes ingredientes o el uso de diferentes tecnologías de horneado puede modificar la respuesta de saciedad al pan y ayudar en el control de la ingesta de alimentos. Hemos realizado una búsqueda sistemática de ensayos clínicos aleatorios sobre el efecto del consumo de pan sobre las tasas de apetito en los seres humanos. La inclusión de ingredientes apropiados como fibra, proteínas, leguminosas, algas marinas y ácidos en panes y el uso de tecnologías específicas puede resultar en el desarrollo de panes más saludables  que aumenten la sensación de saciedad, lo que puede ayudar en el control del aumento de peso y beneficiar glicemia posprandial. De hecho, hemos investigado las tasas de apetito            y las respuestas  postprandiales  de la glucosa, la insulina y las hormonas gastrointestinales relacionadas con el hambre y la saciedad después de la ingesta de un pan a base de cereales que contenía una variedad de harinas de cereales (trigo, avena y espelta) y constaba de un 22 % de frutos secos (higos, albaricoques, pasas  y ciruelas pasas). También se había enriquecido con fibra (un 7% de malto dextrinas reticuladas de trigo y guisantes) y proteínas (un 10-11% de gluten          de trigo y proteínas de trigo hidrolizadas). El consumo de ese pan a base de cereales contribuyó al control del apetito reduciendo el hambre y aumentando la saciedad.

Además, el consumo de este pan mejoró las respuestas  glucémicas, insulinémicas y de hormonas gastrointestinales en adultos sanos.  Además, hemos realizado un estudio de evaluación de la respuesta glucémica, la respuesta a la insulina, el apetito y las respuestas hormonales gastrointestinales, tras la ingesta de los cinco panes más comunes consumidos en España, que difieren  en su composición y proceso de fabricación. No encontramos diferencias relevantes en el índice glucémico o índice insulinémico  entre los panes.  Sin embargo, encontramos diferencias en la carga glicémica entre los panes probados,   principalmente en el pan integral.  No obtuvimos diferencias relevantes en los índices de apetito ni en las respuestas hormonales gastrointestinales entre los panes.  A pesar de ello, las autoridades nacionales deben hacer más hincapié en fomentar el consumo de distintos panes, especialmente panes de trigo integral, para promover dietas más sanas y variadas y, por lo tanto, para establecer estilos de vida saludables.