Queremos recuperar el consumo de pan artesano, dicen las ASOCIACIONES DE PASTELEROS Y PANADEROS DE EUSKADI y reivindican «el producto local» ante el encarecimiento de las materias primas e inician una campaña con el lema «Panadería y pastelería artesana hecha con el corazón» para concientizar sobre el noble producto artesanal. Las asociaciones pasteleras y panaderas tradicionales de Gipuzkoa, Álava y Bizkaia, en colaboración con el Gobierno Vasco y la fundación Hazi, han presentado una campaña promocional para «acercar a los consumidores» a los establecimientos y revertir la tendencia negativa de los últimos años en el sector.
Junto a las seis asociaciones, el viceconsejero de Agricultura, Pesca y Política Alimentaria, Bittor Oroz, ha querido mostrar el compromiso del Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente con toda la Cadena de Valor de la Alimentación vasca para impulsar su competitividad. Bajo el lema «Panadería y pastelería artesana hecha con el corazón», esta campaña trata de poner en valor a estos establecimientos y los oficios. «Los panaderos y pasteleros tradicionales elaboran productos con mucho mimo y son maestros que producen productos de calidad y hay que darles el valor que se merecen», ha expresado el viceconsejero.

La invasión de Rusia sobre Ucrania ha ocasionado que las materias principales con las que se elaboran los productos del sector se hayan encarecido «en un 100%» en el último año, así como la energía. «Ahora estamos pagando el triple que hace doce meses», ha asegurado Lorena Gómez Martín, presidenta de Gozoa – Gastronomía Dulce Artesana. El encarecimiento de los productos no sólo ha afectado a los profesionales, también ha repercutido en los hábitos de consumo de la sociedad. En los últimos diez años, según datos aportados por el Gobierno Vasco, el consumo de pan ha descendido un 12%, mientras que la compra del pan industrial ha crecido un 21% en el mismo periodo de tiempo. Además de buscar reforzar al sector, la campaña tratará de resolver problemas futuro como la falta de relevo generacional. «Este oficio requiere de gente que trabaje con el corazón», ha matizado Lorena Gómez, «por eso necesitamos formar a personas que trabajen así. Somos conscientes de que será difícil que este negocio siga pasando de generación en generación y buscamos que más personas conozcan este mundo». En el sector panadero y pastero de Euskadi hay 5.600 personas empleadas, 900 empresas y los establecimientos son 2.300.
Una nota de Jon Munarriz – EL PAIS VASCO