Skip to content

SAN HONORATO PATRONO DE LOS PANADEROS

Este 16 de Mayo los panaderos honran a su Santo Patrono. SAN HONORATO. Recordemos quien fué San Honorato de Arlés -o de Amiens. Fue el séptimo obispo de Amiens (ciudad al norte de Francia). Nació en el siglo VI en Port-le-Grand, actual Somme, en una familia noble e influyente. Su nombre proviene del latín Honoratus, que significa ‘persona a la que se honra por sus merecimientos’. Es posible que desde su infancia la vocación celestial le aguardara, ya que desde pequeño encontraba consuelo en la oración y la benevolencia. Múltiples milagros son asociados a este santo, por ejemplo, hay una leyenda que dice que viajó a la isla de Lerina (pequeña isla frente a la costa de Cannes) un lugar inhóspito en donde sólo habitaban serpientes. Entonces, Honorato de Arlés se arrodilló y, al rezar, murieron todas las serpientes y el mar arrastró todo rastro hasta dejar la isla limpia. Asimismo, como señal divina, se comenta que durante su consagración, un rayo divino y un aceite misterioso descendió sobre su cabeza, Dios quiso confirmarle con un prodigio que pudieron ver todos los asistentes.

San Honorato proclamaba a molineros y panaderos como sus protegidos. El culto a San Honorato se extendió fuera de los límites del obispado por todo el país, y más tarde, más allá de las fronteras.

El panadero Renold Theriens, regaló en 2102 unos terrenos en París para construir una capilla en honor al santo. Más tarde llegó a ser una de las más ricas de París, dando lugar a la Rue y al Faubourg Saint Honoré, una de las calles más alegres de la capital gala. En 1400, los panaderos de París establecieron su cofradía en la Iglesia de San Honorato, celebrando desde ese momento su fiesta patronal el 16 de mayo y propagando su devoción y patronazgo por todo el mundo. Tambien en Francia en el año 1846 el pastelero Fauvel creó la tarta SAINT HONORÉ en su honor, un clásico de la pastelería francesa que consiste en una base hojaldrada y rellena de crema diplomática, profiteroles con caramelo y una crema chantilly, que por su sabor y complejidad perdura hasta nuestros días.

Era tan grande esta devoción, que en 1659, Luis XIV ordenó que cada panadero debía asistir a la fiesta de San Honorato el día 16 de mayo, al servicio divino, y pagar todos los domingos una retribución a la comunidad.

No en todas partes se le rinde culto a San Honorato, en otros lugares fué a San Ludardo, que en el siglo XIII ejerció profesión de panadero, en Saint-Denis se venera a Sant Illes, porque su nombre en griego significa trigo, en Flandes y otras localidades belgas se venera a San Ambert, obispo de Cambrai, habiendo sido un panadero curado por su mediación. En Valencia la Virgen de la Merced, en Castellón, Nuestra Sra. de Lidón, en Zaragoza, Santa Rita de Casia, en Barcelona también fueron patronos de los panaderos San Gim y San Juan del Pan.

Al ser proclamado obispo, que cuenta, que su madre estaba cociendo pan en la casa cuando esta acogió la noticia de su consagración con una sorpresa incrédula. Así ella, le dijo a su hijo que sólo se lo creería si convertía en un árbol la requemada pala que utilizaba para hornear, y esta echase raíces. Confirmando a su palabra, San Honorato plantó la pala en el patio de la casa, que más tarde se convertiría en una morera. Desde entonces, el santo patrón, fué proclamado con el Santo protector de los panaderos. Fueron varias las razones por la cuál se comenzó a venerar a San Honorato como patrono de los panaderos y, de igual forma, posteriormente también de los pasteleros o reposteros.