Una interesante nota de Celeste Sawczuk publicada en INFOBAE nos indica cómo congelar el pan sin que pierda textura ni frescura, porque hacerlo bien es clave para evitar que se endurezca y pueda preservar su sabor. El pan es uno de esos alimentos que, cuando está fresco, es simplemente irresistible. Sin embargo, su vida útil es limitada: al día siguiente, puede endurecerse o perder su sabor y textura. La congelación es una solución práctica para alargar su duración, pero no todos los panes se comportan igual cuando se guardan en el congelador. Si no se lo congela correctamente, el pan puede perder su frescura. Entonces, como congelarlo sin que pierda la calidad, sabor y textura que tiene al salir del horno. Estas son las pautas:
1. ELIGE UN BUEN PAN: ARTESANO VS. INDUSTRIAL
El primer paso para garantizar que el pan se conserve bien es elegir uno de calidad. Los panes elaborados con masa madre y de forma artesanal son mucho más duraderos que los industriales, que suelen estar hechos con levaduras artificiales y otros impulsores químicos.
Estos ingredientes permiten que el pan crezca rápidamente, pero también aceleran la pérdida de humedad, lo que provoca que el pan se endurezca más rápidamente. Por lo tanto, para congelar pan con éxito, lo mejor es optar por panes hechos de forma tradicional, sin productos químicos que afecten su durabilidad.
2. MÉTODOS TRADICIONALES DE ALMACENAMIENTO
Una vez adquirido el pan, el siguiente paso es almacenarlo correctamente. Si no hay planes inmediatos de congelarlo, es importante saber que la heladera no es el lugar adecuado para guardar el pan. Aunque parece una solución práctica, la refrigeración acelera el proceso de deshidratación del pan, lo que hace que pierda su textura crujiente y se endurezca más rápido. En su lugar, se recomienda guardar el pan en una bolsa de tela, una caja de madera o una bolsa de papel. Estos materiales permiten que el pan respire, protegiendo su corteza crujiente y evitando que la humedad se acumule. Un ambiente seco y fresco es el ideal para mantener el pan en su mejor estado.
3. CONGELAR PAN ARTESANAL: PASOS A SEGUIR
El pan artesanal es el más adecuado para congelar, ya que conserva mejor su textura y sabor. Los panes industriales que ya han sido congelados previamente no deben volver a congelarse, puesto que esto rompería la cadena de frío, lo que podría afectar su calidad. Para congelarlo correctamente, debe ser colocado en bolsas plásticas específicas para freezer, que lo protegen de la humedad y eventuales cambios de temperatura en el congelador. Un consejo útil es cortar el pan en porciones o rebanadas antes de congelarlo. De esta manera, no será necesario descongelar toda la pieza sino sólo lo que se va a consumir.
4. EVITAR QUE LAS REBANADAS SE PEGUEN
Si se congela el pan en rebanadas, un truco para evitar que se peguen entre sí es colocar papel de horno entre ellas. Esto permite que cada rebanada se descongele de forma independiente, lo que resulta muy útil cuando solo se necesita un par a la vez. Además, debe evitarse que las rebanadas se peguen para facilitar la descongelación y mantener la forma del pan.
5. DESCONGELACIÓN: SIN MICROONDAS
Un error común al descongelar pan es recurrir al microondas, pero este método no es el más adecuado si se busca recuperar la textura original del pan. El microondas agita las moléculas de agua, lo que provoca que el pan se vuelva gomoso y pierda su miga esponjosa. La mejor forma de descongelarlo es con métodos más tradicionales: la tostadora, el horno o una sartén, que permiten que el pan recupere su textura crujiente por fuera, mientras que el interior se mantiene esponjoso y sabroso, como si estuviera recién horneado.
6. LA IMPORTANCIA DE LA CADENA DE FRÍO
Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta cuando se congela el pan es mantener la cadena de frío. El pan que ya ha sido congelado no debe ser vuelto a congelar. Congelar pan inmediatamente después de la compra es la mejor opción, porque garantiza que éste conservará todas sus propiedades. Siguiendo estos sencillos consejos, se podrá congelar pan sin que pierda su sabor ni su textura. La clave está en elegir un buen pan, almacenarlo adecuadamente y seguir los métodos correctos de congelación y descongelación. Así, se podrá disfrutar de un pan delicioso y fresco en cualquier momento, como si acabara de salir del horno.
Por Celeste Sawczuk – INFOBAE