FÉLIX MESTRE es el nuevo presidente de CEOPPAN quien junto a su familia maneja «FORN RIUS» tradicional e historica panadería en Vilafranca del Penedés, Barcelona. Estudió Ciencias Económicas, es licenciado en Administración y Dirección de Empresas, se formó en la Escuela Andreu Llargués (Sabadell), tanto en el manejo de las técnicas de la panadería como en la gestión. El es hijo de Dolors Rius y cuarta generación de la familia Rius dedicada al noble arte de amasar harina, agua, sal y levadura. Para conocer su historia recordaremos que hace un siglo, en 1922, el abuelo de Dolors Rius, madre de Felix, inauguraba la panadería, el obrador “J.RIUS”, donde se elaboraba el pan artesanal. Ella cuenta que cada vez que se inauguraba un nuevo barrio en Vilafranca del Penedès (Barcelona) no podía faltar una sucursal de Caixa Penedès, la farmacia, y una panadería ‘J. Rius’.
Hoy Joan y Dolors Rius, junto a su hijo Fèlix, son tercera y cuarta generación al frente de este ‘forn’ de Vilafranca, cuentan con siete tiendas y un gran obrador que sirve a numerosos restaurantes y hoteles de la provincia de Barcelona. La tercera y cuarta generación han recuperado las elaboraciones con masa madre, las largas fermentaciones, el popular pa de vidre -el compañero ideal para el tomàquet– y la repostería más tradicional de las diadas, desde los panellets de Todos los Santos a los turrones de Navidad.
Hoy Felix, a sus 38 años asume la Presidencia de CEOPPAN con el fin de dignificar una profesión que es un oficio fantástico, «pero también es un arte», según lo define. Dignificar el oficio para abordar el relevo generacional y revertir la caída de consumo de pan son sus objetivos. La Confederación Española de Panadería, Pastelería, Bollería y Afines –CEOPPAN-
representa a 12.000 panaderías que hay en España del que forman parte 190.000 trabajadores que generan una facturación, nada desdeñable, de 5.000 millones de euros al año. «Quiero dejar huella con un trabajo cooperativo esto es, repartir proyectos y tareas», ha señalado. «Da igual de qué región seamos, los problemas, las inquietudes y las mejoras van todos por igual», ha reflexionado.
EL DESAFÍO DEL RELEVO GENERACIONAL
Uno de los desafíos está claro afrontar el relevo generacional en un sector con dificultades para encontrar profesionales, una realidad que ha vivido en su propio negocio y que «les pasará a todos los panaderos de España». Su estrategia es clara y pasa por dignificar el sector. «Ahora todo el mundo ve cómo los cocineros son personajes famosos, tienen recorrido, mientras que los panaderos no tienen esa proyección pública», ha lamentado.
Poca gente sabe, ha reconocido, que en España hay una selección nacional de panaderos, “ESPIGAS”, que son los segundos a nivel mundial, algo de lo que se presume de puertas hacia dentro del sector pero que no lo saben quienes están fuera». Hay savia nueva, ha apuntado, con artesanos jóvenes que «vienen pisando fuerte» y logrando abrir panaderías, especialmente en las grandes ciudades, ya que en las zonas rurales la situación es bien distinta para todo el comercio profesional. Dignificar la profesión pasa por hacer lo propio con el producto, pues el pan ha vivido una época de «demonización» y, a pesar de las normativas, su consumo está en caída. Con una norma de calidad aprobada por el Gobierno, el gremio trabaja de la mano de la ciencia para avalar el papel del pan en una dieta variada y su función en la digestión. Según los últimos datos de consumo alimentario del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (julio de 2024), cada español consume de media 26,9 kilos de pan al año, lo que da una media de 74 gramos al día; es un 3,4 % menos que en el mismo periodo del año anterior. Los españoles gastan 3.309 millones de euros al año en pan, lo que supone un caída del 1,7 %.
LOS PLANES PARA CEOPPAN
El trabajo por delante en esta etapa tiene varios frentes; en España quieren una participación directa con el Ministerio de Agricultura en la elaboración del Plan Estratégico de la Industria Alimentaria y la adaptación de la Norma de Calidad del Pan a la realidad actual. En Europa, lucharán por garantizar que el pan sea considerado alimento básico en la dieta y hacer llegar su postura sobre reglamentos que les afectan como la ley antideforestación, la información nutricional o los límites de acrilamida. También está en el foco, conseguir la declaración de la Cultura del Pan como Patrimonio Mundial Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
EN EL OBRADOR
A todo esto, en Vilafranca del Penedés, cuando todavía no ha despuntado el sol y apenas está arrancado una nueva jornada en las fábricas que se congregan en el polígono de Sant Pere Molanta, en el obrador ‘J. Rius’ llevan ya unas cuantas horas de frenética actividad. «Aquí empezamos con la faena a las 9 de la noche; el pan es lo que tiene, es un producto de primerísima hora», reconoce, Fèlix Mestre. Cada día una gran producción que se distribuye por muchos de los restaurantes y hoteles de la provincia, «entre otros, los hoteles ‘W Barcelona’ y ‘Arts’, o los restaurantes del chef Carles Gaig». «Nuestra apuesta es clara por la calidad, no competimos en la guerra de los precios. Hemos apostado desde hace tiempo por las harinas molidas a la piedra, no refinadas, y la masa madre que manejamos, tiene ya 15 años y su origen es una manzana, que alimenta a diario con harina de fuerza y agua», apunta Joan, el tío de Felix..
Agradecemos a Lucía R. Simón – de EFEAGRO