Llega diciembre y se reanuda la degustación y presentación de los productos típicos tradicionales como el PANETTONE y el PANDORO y luego  del largo período de COVID, se reinicia uno de los eventos de mayor éxito entre los muchos promovidos hace más de quince años por la Federazione Italiana Panificatori Pasticcieri e Affini: la DULCE NAVIDAD ITALIANA. Un evento que se celebrará íntegramente en las panaderías y que nace con el objetivo declarado de degustar los productos frescos navideños a principios de diciembre, para anticiparse al revuelo mediático y publicitario basado en los descuentos y precios bajísimos que ofrece la gran distribución. El comercio se centrará siempre en el panettone y el pandoro, utilizándolos como productos coquetos y no con la dignidad propia de una gran tradición pastelera italiana que ha marcado pautas y logrado éxito en todo el mundo. Cuando se habla de Sonido Italiano, como hace Coldiretti repitiendo obsesivamente este término y entendiendo con ello el intento de vender en el extranjero productos alimenticios italianos falsificados que se hacen pasar por originales (es famoso el caso del «parmesano», copia mala del Parmigiano Reggiano), dicen olvidar que para salvar la historia e incluso la dignidad de productos como el panettone no basta una normativa que (muy deseada por la industria) sólo sirvió a los panaderos para aumentar las multas y los controles a quienes se permitieron hacerlo de forma equivocada precisamente: lo que nadie tiene nunca en cuenta es la frescura del producto artesanal, la capacidad de imaginación e inventiva tan ajena a los procesos industriales automatizados que probablemente permite una contención de costes que a los pànaderos les resulta absolutamente imposible lograr. Pero digamos también que a pesar de la perspectiva industrial de optimización de costes, los precios que se han visto y se veran en los supermercados en las próximas semanas siguen siendo difíciles de explicar.

El caso es que las únicas armas que los panaderos tienen en esta guerra que marca desde hace años la Navidad italiana son la calidad del producto y la confianza de los clientes que, con la asistencia habitual, prácticamente diaria, a las panaderías, saben que pueden confiar en quienquiera que sea, PANETTONE u otro postre elaborado con las propias manos y no en una estantería o en un palét con la oferta de un precio claramente visible para quienes, como los panaderos y pasteleros, que conocen los costes de las materias primas y del trabajo artesanal, parece completamente absurdo .

Probemos los productos antes de que otros ofrezcan sus descuentos exagerados. e inviten a vuestros clientes a hacer una pequeña y sencilla reflexión: ¿qué te parece regalar un panettone con un gran descuento cuando quien lo recibe sabe muy bien que sólo has pagado por él unos pocos euros? Sería como regalar, no una joya u otra cosa preciosa, sino chatarra comprada en los peores puestos de los mercados.

En definitiva, hace que tus productos cuenten, devolviendo la dignidad que la industria y la gran distribución les han quitado, reduciéndolos a simples señuelos para tontos.

Procuremos que los deliciosos dulces tradicionales que siempre han acompañado las celebraciones navideñas italianas vuelvan a las mesas. Próximamente la Federazione Italiana Panificatori Pasticcieri e Affini publicará el cartel que será distribuido con Arte Bianca y que a partir de la próxima semana podrá descargarse gratuitamente de la web y colgarse en vuestros escaparates.

FELIZ Y DULCE NAVIDAD ITALIANA PARA TODOS!